No sé qué me corresponde
pero sé lo que debo.
No debo hablar en clase
ni escribir en imprenta
ni jugar de manos con los chicos.
No debo escribir en las paredes
ni matar a los pájaros.
No debo caminar
por los charcos
ni ensuciarme la ropa.
No debo deber lo que no debo
para quedarme en paz
con lo que debo.