La calle no sale a buscarme
ni el puente me seduce
ni la plaza -múltiplo de la tarde-
baila ronda en mi oído.
No sale a buscarme la calle.
Hacen días largos
colgados de las espaldas de los
otros
que me miran como afiches promiscuos
cuando se alejan.
Y es la calle
la que no viene a buscarme
para que la
persiga.