Hoy es un día de Marzo.
Hace días de Marzo que parecen Agosto, pero
hoy, que la efeméride del miedo y la tristeza, el asfalto del aire ni siquiera
respira, y el sol, encapuchado como los asesinos, se quedó conspirando
disfrazado de otro.
Hay días que traen espejos largos donde uno
ni siquiera se parece a sí mismo porque, ¿cómo te digo?, entonces, en aquel
Marzo negro, yo tenía otra mirada. Veía desde el mundo el bolsillo del hambre y
me dolía ser uno entre tantos.
Hoy miro desde el hambre el bolsillo del
mundo, y soy yo misma, ahora, sola en la muchedumbre.
A veces me parece que crecí para adentro,
de miedo conjeturo, de miedo. ¡Y me da tanta pena!. Porque entonces tenía el
alma entera corriendo por las plazas. ¡Y éramos tantos sueños apuñalando el
hambre, la muerte, la injusticia! ¡Y éramos tantos pájaros acumulando vuelos
para acunar al pueblo!.
¡Te juro que era hermoso encontrarse en la
esquina, con veinte valentías de yapa en los bolsillos, un poema de Gelman, el
nombre desnombrado y treinta mil razones para ser inmortales!
Pero la historia siempre promete otra
página; y por eso esta tarde, este día cargado de memoria y presagios, HOY,
AHORA, te juro que sacudo las nostalgias del alma y salgo por las calles, a
pedir que me abracen.