Una península de viento
dejó rastros calientes en
en el césped.
Besos húmedos, rosados
salpicando el trébol.
Más allá
en el patio,
registro de páginas de fresno
con escrituras frágiles
que se quiebran
como las venas amarillas.
Sangría de un verano
que empapa el otoño
con el sol que fue.