La palabra se ha quebrado
en el vértice. Aleteó como una banderola
para batir el viento
allí
en el arrabal prostibulario de donde viene.
Ella
abisagrada por el medio
mariposa patética agusanando el néctar
pan cotidiano que me llevo a la boca
mirada que va más lejos que el abrazo
pisada en el lado de afuera del espejo.
Palabra irremediable
ella
puede pisar mi mano en el césped.
Y construir mi nombre
sólo para mi ausencia.